El principal monumento religioso es la Parroquia de la Inmaculada Concepción, iglesia con una única nave longitudinal y un crucero de brazos cortos con cabecera recta. La construcción inicial data de los s. XVII o XVIII, ofreciendo un acabado de clara vinculación barroca. Ha sufrido modificaciones posteriores, la más reciente tras el incendio que casi la destruyó en 1991, en el que se perdieron imágenes y el retablo mayor. Muy cerca se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Rosario y San Sebastián, dedicada hoy a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad. Fue fundada por Fernando III El Santo con motivo de la conquista de la plaza. La ermita pertenece al barroco andaluz (segundo tercio del s. XVIII) y de ésta destaca la nobleza y austeridad decorativa del remate del acceso principal y la elegante espadaña que remata los pies de la construcción. La capilla y Convento de Nuestra Señora de Gracia data del siglo XVII y fue en su tiempo ermita y hospital. La portada es la más antigua de la localidad, atribuyendo su factura a Hernán Ruiz III. Destaca en la capilla la parte baja del retablo de 1.619, con dos tablas que representan a San Sebastián y Santiago. Actualmente se ha convertido en colegio, conservándose la capilla desde donde sale en procesión la Hermandad de Jesús Nazareno. Frente al Ayuntamiento de la localidad, en la plaza de la Constitución, se encuentra la sede del Ateneo Popular de Almodóvar del Río, uno de los ejes de la actividad cultural del municipio donde se celebran numerosas actividades como representaciones teatrales, reuniones, asambleas y eventos de diferente índole. Esta casa fue construida en 1777 por D. Luis de Natera y presenta una portada con jambas y dintel muy salientes, balcón con repisa modulada y convexa en la parte central y vano en arco escarzano trasdosano. En 1925 pasó a ser la actual Sede del Ateneo Popular. Adaptada a bar, restaurante y ateneo, mantiene una zona en planta baja intacta, habiéndose renovado la zona izquierda de la misma. El sótano contiene un bello espacio abovedado de cañón. En la misma plaza del Ayuntamiento actual se encuentra la Biblioteca Municipal Manuel Campanero Camacho, que antiguamente albergaba las oficinas del antiguo Consistorio. Se cree que antes de su construcción (1752) se situaba en dicho lugar la esquina del cementerio, pues en aquella época éstos se ubicaban junto a las iglesias. El solar del edificio donde se encuentra el actual Ayuntamiento pertenecía a D. Rafael Campanero Guzmán, el cual lo cedió altruistamente al pueblo para que se construyera allí la nueva Casa Consistorial con la condición de que en el antiguo Ayuntamiento se destinara a biblioteca municipal y que ésta llevara el nombre de su padre, Manuel Campanero Camacho. Y aquí comienza la vida de nuestra biblioteca, que abrió sus puertas el 19 de octubre de 1990. El cortijo de Fuenreal está situado a 3 kilómetros de la localidad por el Camino de los Toros. Es un típico cortijo andaluz, fechado en 1.733, que posee en sus tierras restos de un acueducto romano. Entre sus dependencias sobresale el patio y la capilla, ésta última inaugurada a finales del siglo XIX. Aquí se celebra la Romería de la Virgen de Fátima que tiene lugar a principios de mayo. En cuanto a la arquitectura de carácter civil, destacamos el Castillo de Almodóvar o de la Floresta, sin duda la obra más emblemática por razones históricas, monumentales y paisajísticas. Se establece como una fortificación de origen romano pero, realmente, será con la presencia musulmana cuando este castillo se consolide en cuanto a dimensiones y calidad de materiales. A partir del 2002 las puertas, torres, dependencias y salas de la fortaleza se han abierto y tematizado para el turismo. Asimismo, parte del conjunto se ha habilitado para sala de celebraciones, reuniones y banquetes. Como anécdota destacar la leyenda popular que dice que cada 28 de marzo el espíritu de la princesa Zaida pasea gimiente por las almenas del castillo, esperando en vano el regreso de su esposo el príncipe Fath al-Mamun, muerto ese día del año 1091. Por otro lado, en la margen derecha del río Guadalquivir se encuentra el portus romano, que es uno de los vestigios romanos más importantes del término municipal, no en vano la localidad se encuentra incluida en la Red de Ciudades de la Ruta Bética Romana. Sus constructores supieron aprovechar la imponente mole del cerro redondo para situarlo en uno de los puntos que el Guadalquivir lame desde tiempos inmemoriales, a pesar de haber variado su curso en incontables ocasiones. Esta situación permitía tener siempre una vía de acceso al gran río, cuyo caudal, en aquella época, permanecía más o menos constante. Las grandes alfarerías del Temple y Villaseca, donde eran cocidas las ánforas en las que se transportaba el aceite a Roma, se encontraban en la orilla izquierda del río y cabe pensar que, o bien poseían un embarcadero propio o transportaban las vasijas en barcazas a este puerto, almacenándolas para su embarque en naves de mayor calado. En la actualidad, el entorno del portus ha sido puesto en valor dentro de un proyecto de recuperación de la ribera del Guadalquivir financiado por la Ruta Bética Romana, de forma que se han acondicionado también los accesos para facilitar la llegada a pie. Para visitarlo debemos tomar la calle Camino de la Barca, que parte de Cuatro Caminos, y dirigirnos hacia el encuentro con la línea del AVE. Tras cruzar la vía férrea por debajo a través de un pasaje, éste se divisa a escasos cien metros hacia la derecha. Merece la pena visitarlo por la imponente vista de la “cortadura” del castillo, que cae a plomo sobre el Guadalquivir. El Mirador de las Pairejas está situado en un lugar privilegiado, la calle Pairejas, en la falda de la peña donde se sitúa el castillo y sobre la curva del Guadalquivir. Desde él podemos admirar magníficas vistas del Castillo, su peña y la Vega del Guadalquivir. El Mirador del Ribazo se sitúa en las confluencias de la calle Pérez Galdós y Homero, donde baja una escalera que da a parar a un jardín que se asoma a la Vega y a la Campiña, ofreciéndonos la impresionante visión de tierras onduladas hasta el horizonte y una magnífica visión del castillo. Situado sobre la peña, el Mirador Natural del Castillo ofrece unas impresionantes vistas de toda la comarca.