La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos, entre otros, del derecho a la vida, a la libertad, a la salud y a la seguridad, a la protección en condiciones de igualdad y a no ser sometida a torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Constituye un grave problema social que afecta a la ciudadanía en su totalidad. Somos responsables de promover cambios en esta sociedad para conseguir otra más equitativa y justa, donde las mujeres no tengamos que sufrir la crueldad de la violencia contra nosotras por el simple hecho de haber nacido mujeres.

La violencia machista se traduce cada año, desde tiempos ancestrales, en un alto número de mujeres asesinadas, mujeres maltratadas, mujeres que se suicidan, niños asesinados y niñas asesinadas, niños y niñas que se quedan sin madre, sin padre, con una familia rota, con secuelas emocionales difíciles de superar. Madres, padres, hermanos, hermanas, amigos y amigas rotas por el dolor.

Ante esta dramática situación se hace absolutamente necesaria la reacción unánime de la población, rechazando de manera contundente a los maltratadores, a quienes justifican la violencia de género, a quienes defienden argumentos machistas, a quienes hacen chistes a costa de los estereotipos o roles de género, a quienes no sienten ningún respeto por las mujeres, a quienes insultan, mutilan, humillan, privan de los derechos de ciudadanía a las mujeres, a quienes se niegan a aceptar a las mujeres como personas: diversas y diferentes y provistas de todo derecho humano.

La violencia agrede la vida de las mujeres en todos los espacios, en todas las situaciones sociales, territoriales, culturales, incluso económicas. La violencia recorre nuestras vidas; el uso de nuestros cuerpos (explotación sexual, prostitución…) incluso algunos pretenden regularizarlo y normalizarlo.

En este año han sido asesinadas 39 mujeres por violencia machista a manos de sus parejas o exparejas, de edades comprendidas entre los 18 y 84 años, de las que solo 16 habían presentado denuncia previa, un 59 por ciento no había denunciado. Ello nos deja 25 niños huérfanos. Todo ello sin olvidar otras manifestaciones de la violencia de género como las agresiones fisicas y psicológicas a mujeres, la violencia sexual, de control, económica, etc.

Ha llegado el momento de elevar nuestra voz de manera conjunta contra la mayor vulneración de los derechos humanos. La violencia de machista afecta al conjunto de la sociedad y corresponde a la sociedad en su conjunto avanzar en su erradicación. Es el momento de sellar una fuerte alianza a todos los niveles contra la violencia de género. Por eso, tenemos que reivindicar, con mucha más fuerza, que la violencia contra las mujeres es una prioridad política para tener la posibilidad de vivir y convivir bajo los modelos de LIBERTAD, RESPETO, JUSTICIA, E IGUALDAD.

La mujer es la que da la vida; si le haces daño, haces daño al mundo.